jueves, 24 de abril de 2014

PODÓLOGO DEPORTIVO, UN ESPECIALISTA NECESARIO El estudio de la pisada no puede realizarse en cualquier lugar


La labor crucial que los podólogos realizan en el ámbito deportivo cada vez está más reconocida como consecuencia de la generalización de la práctica deportiva entre la población y su sensibilización respecto a la importancia de la prevención. Si muchos deportistas, especialmente corredores, se sometieran a una evaluación médica previa, evitarían muchos problemas de fascitis, tendinitis, metatarsalgias, o unas simples pero molestas ampollas. Resulta evidente que un rutinario chequeo médico no debe realizarse en cualquier lugar ni en manos de cualquiera, y lo mismo sucede cuando estamos hablando del deportista que se preocupa de efectuar un diagnóstico sobre la biomecánica del pie. 
Desde las consultas de los podólogos se asiste desde hace unos años a un notable incremento de personas aquejadas de dolencias y lesiones ocasionadas por un diagnóstico erróneo en las pruebas de pisada que han sido efectuadas de cualquier forma, en cualquier establecimiento deportivo. Un estudio biomecánico de la marcha se puede realizar para toda clase de pie y actividad, y permite detectar el tipo de pisada, el reparto de las presiones y el gesto deportivo, ayudando a efectuar una correcta elección del calzado deportivo. Pero el análisis de la pisada requiere una diagnosis clínica, y debe llevarse a cabo por el profesional sanitario encargado del estudio de la pisada, es decir, por el podólogo. Prevenir molestos dolores de cadera y columna, lesiones de ligamentos cruzados en rodilla y menisco, fascitis, metatarsalgias... en definitiva, practicar deporte con salud y seguridad, debe ser siempre una meta. Calzado apropiado y profesionales adecuados, los que nos ayudarán a alcanzarla.





lunes, 14 de abril de 2014

Líneas de investigación para mejorar la salud del pie



Los avances científicos y sociales han permitido alargar la esperanza de vida de una población que, por el propio envejecimiento, por problemas como la obesidad, o por patologías como el pie diabético, no pueden disfrutar plenamente de algo tan sencillo y cotidiano como un simple paseo. Los retos a los que ahora nos enfrentamos persiguen la mejora en la calidad de vida para poderla disfrutar con el máximo bienestar, y este objetivo incluye una mayor atención a la salud de los pies, desarrollando líneas de investigación que permitan crear productos de alto valor añadido. En este contexto se enmarca el proyecto europeo Sohealthy, financiado por la Comisión Europea, que cuenta entre sus socios con la Universidad de Salford (Reino Unido), el Centre National du Cuir et de la Chaussure (Túnez), el Politécnico Calzaturiero (Italia), el Centre Marocain des Techniques du Cuir (Marruecos) y el Cluster Calzado Innovación (España). Su principal objetivo es la creación de una “red euromediterránea de investigación para el sector del cuidado del pie” que promueva la cooperación entre los países europeos y de la cuenca mediterránea en áreas relacionadas con la salud del pie como el síndrome de pie diabético, así como otras patologías y problemas que afectan a los pies, como son los derivados de la obesidad y el envejecimiento. 

Desarrollo de escáneres 4D, herramientas CAD/CAM mejoradas para la fabricación de plantillas terapéuticas personalizadas y de calzado personalizado, investigación de nuevos materiales, nuevos antibióticos, antibióticos tópicos más efectivos para las úlceras diabéticas, programas informáticos para fabricar plantillas en la propia clínica, nuevas impresoras 3D que trabajan con múltiples materiales, software que indica el material preciso para fabricar plantillas ajustadas a la patología y características del paciente... son algunas de las líneas por las que discurren las investigaciones de este proyecto iniciado a finales de 2013, y que, con una duración prevista de dos años, intenta agrupar a todos los agentes de la cadena de valor del sector del cuidado del pie. Cooperación, diálogo y transferencia de conocimiento son su fundamento; su objetivo, satisfacer las necesidades de unos colectivos de la población cada vez más numerosos y en constante crecimiento.

jueves, 3 de abril de 2014

VUELTA AL ORIGEN CON LAS ZAPATILLAS MINIMALISTAS



El calzado minimalista simula la desnudez del pie, y su uso se ha ido extendiendo entre los corredores en los últimos años como una forma de aproximarse a la manera natural de practicar deporte. También suele denominarse barefoot (pie descalzo, en inglés), y su ausencia de amortiguación, con una suela que no supera los 10 milímetros, permite al corredor sentir el terreno bajo sus pies, potenciando la musculatura de los mismos. Pero también es cierto que su utilización indiscriminada ha ido acompañada de un incremento en las lesiones por no ir acompañada de un cambio en la forma acostumbrada de correr. El impacto que sufre el pie y la inestabilidad provocada por una falta de sujeción requieren que la transición de un calzado a otro se efectúe adecuadamente, nunca de un día para otro.

Utilizar calzado deportivo minimalista obliga a utilizar una técnica distinta para correr. Con las zapatillas convencionales, el primer apoyo se realiza en el tacón, y el impacto del pie al entrar en contacto con el suelo se transmite en su mayor parte de manera vertical al sistema musculo-esquelético. Con las zapatillas minimalistas, primero se apoya el antepié o parte media, evitándose un impacto seco y excesivo en diversas partes del aparato locomotor. 

Recientemente se publicaban los resultados de un nuevo estudio sobre los efectos de utilizar zapatillas minimalistas o barefoot para correr. Puede que la muestra escogida fuera pequeña (29 corredores), puede que el período de tiempo del estudio fuera insuficiente (8 semanas), o puede, simplemente, que sea indiferente correr con este tipo de calzado o sin él. El caso es que no se apreciaron diferencias significativas en las mediciones volumétricas del pie, ni en las pruebas de fuerza y equilibrio dinámico, entre los sujetos que se entrenaron con las zapatillas minimalistas y el resto de corredores.

Quizá lo ideal sea combinar unas zapatillas minimalistas con otras de amortiguación, utilizando las primeras en terreno blando para lograr una preparación física y las segundas del modo convencional para afrontar una carrera por asfalto. Cada corredor es un individuo diferente, y en la elección de una zapatilla que se adapte a la estructura de su pie debería contar con una opinión y consejo profesionales, especialmente si se está pensando en sustituir un calzado por otro simplemente por seguir una tendencia que aún no cuenta con resultados definitivos sobre su eficacia o su conveniencia para reducir lesiones asociadas a correr.