Las distintas fases que se suceden en la vida de las mujeres llevan aparejadas una serie de cambios de diversa índole que se reflejan en los pies. Conocer tales cambios y el origen de los mismos es primordial para poder aplicar unos cuidados podológicos específicos.
Los problemas en los pies aquejan especialmente a las mujeres debido al calzado inadecuado al que frecuentemente se ven sometidos. Cuanto más altos y estrechos son los tacones utilizados, mayor es la sobrecarga experimentada en la parte delantera del pie y peores son las consecuencias para la salud. El cuerpo se ve forzado a una postura en la que sufren tobillos, gemelos, rodillas y caderas, pudiéndose originar también callosidades, juanetes y otras deformidades.
Durante el embarazo, el aumento de peso y de la curvatura lumbar se dejan sentir en las piernas y en los pies, que se ven obligados a realizar un mayor esfuerzo. Los cambios en el eje de gravedad y los cambios hormonales son también la causa de diversas dolencias características de esta etapa, que van aumentando conforme la gestación avanza.
La osteoporosis afecta principalmente a las mujeres a partir de la menopausia, supone una pérdida de masa ósea que aumenta el riesgo de padecer fracturas y da lugar a la torsión, lateralización o aplanamiento de las estructuras óseas, provocando un funcionamiento biomecánico diferente.
A las enfermedades concretas que puedan padecerse, origen de dolencias específicas en los pies, debemos añadir, por no ser menos importantes, los cambios psicológicos que acompañan a la mujer a lo largo de su experiencia vital, pues la actitud con la que se afrontan también tiene su reflejo en la forma de caminar.
Los problemas en los pies aquejan especialmente a las mujeres debido al calzado inadecuado al que frecuentemente se ven sometidos. Cuanto más altos y estrechos son los tacones utilizados, mayor es la sobrecarga experimentada en la parte delantera del pie y peores son las consecuencias para la salud. El cuerpo se ve forzado a una postura en la que sufren tobillos, gemelos, rodillas y caderas, pudiéndose originar también callosidades, juanetes y otras deformidades.
Durante el embarazo, el aumento de peso y de la curvatura lumbar se dejan sentir en las piernas y en los pies, que se ven obligados a realizar un mayor esfuerzo. Los cambios en el eje de gravedad y los cambios hormonales son también la causa de diversas dolencias características de esta etapa, que van aumentando conforme la gestación avanza.
La osteoporosis afecta principalmente a las mujeres a partir de la menopausia, supone una pérdida de masa ósea que aumenta el riesgo de padecer fracturas y da lugar a la torsión, lateralización o aplanamiento de las estructuras óseas, provocando un funcionamiento biomecánico diferente.
A las enfermedades concretas que puedan padecerse, origen de dolencias específicas en los pies, debemos añadir, por no ser menos importantes, los cambios psicológicos que acompañan a la mujer a lo largo de su experiencia vital, pues la actitud con la que se afrontan también tiene su reflejo en la forma de caminar.
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