viernes, 12 de septiembre de 2014

Los pies de nuestros hijos


Con el mes de septiembre y la reincorporación a la rutina de cada uno, intentamos planificar el nuevo curso para que no nos ahoguen las prisas y podamos cumplir los buenos propósitos que contribuyan a llevar una vida saludable. La vuelta al cole de nuestros hijos supone dedicar tiempo y recursos para que todo esté a punto: libros, material escolar, uniforme, ropa y calzado deportivos, actividades extraescolares... queremos que tengan las mejores condiciones para poder afrontar con éxito sus pequeños retos, pero a veces se nos olvida prestar atención a detalles en apariencia menores, como es la revisión de sus pies por un especialista cualificado. 

Dejando al margen problemas concretos que hayan requerido atención podológica, cumplidos los cuatro años de edad los niños caminan de forma autónoma, por lo que suele ser el momento ideal para que los padres lleven a sus hijos a una primera consulta del podólogo, quien examinará correctamente sus pies para descartar cualquier patología. Lo habitual, sin embargo, suele ser que esta visita no se produzca hasta que aparecen algunos síntomas como las caídas frecuentes de los pequeños, su excesivo cansancio o aparente pereza para practicar deportes, u otros visibles y más alarmantes para los padres, como el distinto tamaño de los pies o una forma "extraña" de caminar.

Entre las anomalías más frecuentes que padecen los pequeños se encuentran el pie plano y el pie cavo (poco o mucho "puente", respectivamente), el pie varo (apoyo del talón en la parte externa), o el pie valgo (apoyo en la parte interna del talón). En muchos de los casos, el problema se soluciona con unas plantillas correctoras, pero es fundamental detectarlo a tiempo y por un profesional sanitario especializado. Es la única manera de ofrecer a nuestros hijos un tratamiento garantizado que les evite molestias y sufrimientos innecesarios. 

Nunca se insistirá demasiado sobre la importancia de las revisiones podológicas en los niños. De igual modo que les vacunamos y acudimos puntualmente a las revisiones del pediatra, dentista u oftalmólogo, es fundamental prestar la adecuada atención a sus pies. Sólo así estaremos poniendo realmente todos los recursos necesarios para que ellos sigan disfrutando en sus actividades diarias, proporcionándonos la gratificación de verles crecer sanos y felices.

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