miércoles, 30 de octubre de 2013

LA LABOR DEL PODÓLOGO EN LAS CARRERAS DE ATLETISMO


Si habitualmente el estado de los pies es fundamental, en el caso del corredor es decisivo. Existen factores sobre los que el atleta debe ser cuidadoso en su elección, y uno de ellos es el tipo de calzado, no siendo recomendable en absoluto afrontar una carrera con zapatillas nuevas. También hay que prestar atención a los calcetines utilizados, tanto al material con que están confeccionados como a las costuras, pues este tipo de pequeños detalles pueden ser muy molestos y provocar desde rozaduras innecesarias a dolencias mayores como consecuencia del cambio de pisada para evitar el dolor.


En una carrera, los pies soportan varias veces el peso del atleta en miles de impactos que provocan o agravan lesiones ya existentes. Desde ampollas, durezas, uñeros, infecciones por hongos o papilomas, hasta otras derivadas del funcionamiento del pie durante la carrera o biomecánicas, todas requieren una atención específica por parte del podólogo.


 
 

Su asesoramiento antes de una prueba es recomendable, con el fin de realizar un estudio, diagnosticar las posibles alteraciones y aconsejar el tratamiento más adecuado para evitar lesiones y mejorar el rendimiento. Y si los pies ya presentan alguna patología, una revisión podológica es imprescindible. También durante la realización de la carrera son importantes los cuidados podológicos para atender los problemas que puedan sufrir los participantes, y que en ocasiones les llevan a abandonar la prueba. En este sentido, el especialista presta su servicio de diversas formas, valorando, informando y aconsejando a los corredores sobre sus pies y su pisada, y, por supuesto, asistiéndoles en los problemas concretos que más habitualmente sufren, como heridas, ampollas o rozaduras.


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