lunes, 9 de septiembre de 2013

VUELTA AL COLE... CON BUEN PIE


Ante el inicio del nuevo curso, el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana nos recuerda las consideraciones que deben tenerse presentes a la hora de comprar el calzado de niños y adolescentes. Se trata de diez directrices que conviene recordar especialmente ahora, cuando renovamos todo el equipamiento escolar de nuestros hijos.

  1. El zapato debe llegar hasta debajo de los maleolos (huesos laterales del tobillo) y en el caso de las botas, deben ser lo suficientemente flexibles como para permitir el movimiento completo de la articulación del tobillo. 
  2. La plantilla del zapato tiene que ser plana y flexible. 
  3. Un calzado sano es plano y con muy poco tacón para favorecer el equilibrio y salvaguardar las piernas y la espalda. Además, ha de ser lo suficientemente ancho por delante como para permitir a los dedos abrirse y moverse con libertad. 
  4. Adquirir un calzado fabricado con materiales naturales que permitan la transpiración de los pies como, por ejemplo, la piel o el cuero. 
  5. El modelo más adecuado es un zapato que se adapte y sujete bien el pie, que disponga de cordones o velcro en el empeine. Las chanclas, zuecos o marquesitas no son recomendables porque la percepción de que el zapato se sale a cada paso obliga a los dedos a un trabajo extra de “agarre” innecesario. 
  6. A pesar de haber elegido un calzado correcto, hay que tener en cuenta que los zapatos y zapatillas deben utilizarse pocas horas del día. En casa, los pies deben estar libres, con un calcetín antideslizante o zapatilla de estar por casa. 
  7. A la hora de comprarlo, probar el zapato con los calcetines puestos y vigilar que haya un espacio de 0,5 a 1,5 cm entre su dedo más largo y el calzado. Después, se presionará en la punta por la parte superior para ver si los dedos la rozan y, si es así, significará que el calzado es demasiado pequeño 
  8. El mejor momento para probar el calzado es al final del día, cuando los pies del niño están más hinchados. Es recomendable que al ponérselo se ponga de pie, de manera que cargue su peso sobre los dos pies, y comprobar que es adecuado. 
  9. No hay que comprar nunca un zapato de un número mayor con el objetivo de que el niño pueda utilizarlo durante más tiempo. Si el zapato no es de su talla podría alterar su forma de caminar o crearle ampollas o laceraciones. 
  10. Solo el especialista médico o el podólogo están capacitados para diagnosticar y tratar problemas de los pies. Las enfermedades más comunes por el uso de un calzado inadecuado son: deformidad de los dedos y uñeros (por la utilización de un calzado corto y estrecho), tendinitis aquílea y bursitis en la exóstosis de haglund (a causa de un contrafuerte demasiado rígido), dolor en la planta del pie y talalgias (como consecuencia de una suela rígida), micosis, verrugas, o eccemas por las dishidrosis al utilizar materiales sintéticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario