jueves, 26 de junio de 2014

Disfrutar de la montaña sin que sufran nuestros pies



Llega el verano y con él, el tiempo del descanso, del ocio y de los planes de vacaciones. Muchos optarán por disfrutar de los atractivos que ofrece la montaña y la práctica del senderismo para desconectar de la rutina invernal. Sin ser una actividad que requiera una especial preparación física, conviene que tomemos una serie de precauciones para que el recorrido sea gratificante y placentero, tal como lo hemos planeado.

Además de adaptar la ruta a nuestras condiciones físicas personales, es muy importante que prestemos atención al calzado utilizado, que debe ser cómodo y adecuado al terreno. Así, para un paseo de dificultad mínima, unas zapatillas de deporte serán suficientes, aunque si el terreno es irregular convendría usar zapatillas bajas de senderismo (trekking). En senderos de montaña con terrenos irregulares se hacen imprescindibles las botas de senderismo, de media caña o de caña alta; y si lo que nos gusta es la media y alta montaña, entonces debemos escoger botas de caña alta alpinas. En todos los casos, el calzado de montaña debe contar con una suela gruesa, antideslizante, y con dibujo profundo que se agarre al terreno. También conviene que no lo estrenemos el mismo día de la ruta de senderismo, sino que ya lo hayamos utilizado con anterioridad para que el pie se haya amoldado.

Las lesiones asociadas al senderismo suelen estar relacionadas con los pies y las articulaciones de los miembros inferiores. Una mala elección del calzado o del calcetín no solo provocará un sufrimiento innecesario durante la actividad, sino que puede convertirse en una dolencia crónica si no le damos una pronta solución. Atención al peso y colocación de la mochila, que puede provocar impactos negativos en las rodillas en los descensos, y mucho cuidado en los terrenos irregulares, pedregosos y con raíces al descubierto, en los que las botas de caña alta nos protegerán del riesgo de sufrir esguinces. Los calcetines, por supuesto, sin costuras y de fibras naturales.

Antes de iniciarse en la práctica del senderismo es más que recomendable una visita al podólogo para que analice minuciosamente nuestros pies, efectúe un correcto diagnóstico y oriente al deportista. Con un estudio biomecánico de la marcha, es el especialista indicado para detectar la existencia de alteraciones susceptibles de modificarse o compensarse con el uso de prótesis plantares, o para confirmar la absoluta normalidad del aparato locomotor.

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